lunes, febrero 24, 2014

Giros



    a Gonzalo Rojas

Nada que aclarar
ninguna bombilla para hacer el día
en una habitación habitada por fantasmas
de otras épocas presentes

presentes como  tú en este momento
de apagar la luz para mirar
lo mirado escondido a la mirada
y entones ver

que pende el sol siempre de una cuerda
y los zancudos sin mirar
por la luz alucinados chocan frenéticos contra
esa circunferencia
que más parece un abrazo que una daga
y así engaña

entonces como cualquier muchacho
mueren de tanto bailar
sintiendo sin sentido
ni sentir su cansancio

igual a tantos 
agotados de dar vuelta por ciudades
sin destino distinto a ver llegar la noche
y luego la mañana

y muy de mañana de nuevo tener que despedirse
mientras sin sentido
dan la vida.

viernes, enero 24, 2014

11 Poema del libro, Del revés.

11

aínoga al ovresbO
otcesni otunimid un ed
anatnev al a otnuj
opreuc us ed oirbiliuqesed
achul elbisivni us
oyutni euq rirom on rop
,ozreufse le ne
.lé yos euq és y
amla anugnin ,adaN
aicnegiletni in
.arapes son
ís arapes soN
,rev ed anamuh dadicapacni artseun

.aibrebos artseun


11

Observo la agonía
de un insecto diminuto
junto a la ventana,
el desequilibrio de su cuerpo,
su invisible lucha
por no morir que intuyo
en el esfuerzo,
y sé que soy él.
Nada, ninguna  alma
ni  inteligencia
nos separa.
Nos separa sí
nuestra incapacidad humana de ver,
nuestra soberbia.


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lunes, enero 20, 2014

Palabrita de hombre

Créeme, cuando me vaya y te nombre en la tarde…
Silvio Rodriguez



El  14 de enero de 2014 no pasó en vano: Juan Gelman, a la dulce hora en que la noche
entra a ocupar su puesto, marchó.   Quizá, todo lo suyo por decir estuviera dicho  
sus luchas todas ganadas o perdidas.  
Aún así los pájaros no añorarán su canto. Tampoco los árboles, su hojas blancas de hombre al viento
ni el pan la muerte y resurrección entre sus dientes.
El cigarro no llorará sus ojos
ni el whisky o el vino la escasa, notoria, humedad de su lengua
agotada en la palabra.
Lo añorará Mara con certeza. Suelta de su mano, tropezará y volverá a ser niña
y desvalida.
Los otros suyos, de los vivos, asombrados, perplejos, tampoco encontrarán por días
dónde colocar sus pasos ni dormir el sueño.

También harán suya su ausencia, quienes jamás lo vieron.

Yo lo recordaré idéntico en su palidez de almendra.
Idénticas las humildes gigantescas manos buscando como yo el poema
y su palabra cansada ya, casi inaudible
más premonitoria que real, tan cercana al canto del eco
cuando la voz del que pronuncia calla.

Palabra lúcida, sentida, justa,
y también palabrita con diminutivo, siempre
y en todo caso
llenita de ternura
tan bella y dolorosamente monumental.



Enero 15 de 2014



jueves, enero 09, 2014

9

eleuh euq ol oertsaR
aicnecsenave us
.aicnecnoc al ed anajel

rama elbisop oyutnI
rolo us euqrop
adidnecne nóicatibah se
otnemilA .eldativeni orejuga
etrap alleuqa ne opreuc le arap
.eldisiv on ergnas al ed 

:zep le arap oleuñes le euq oL

.onitsed elbativeni

9

Rastreo lo que huele,
su evanescencia
lejana de la conciencia.

Intuyo posible amar
porque su olor
es habitación encendida,
agujero inevitable. Alimento
para el cuerpo en aquella parte 
de la sangre no visible.

Lo que el señuelo para el pez:
inevitable destino.

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