La poesía, una oración
Para los no creyentes
Herta
Muller
Cae
la tarde en el Valle del Cauca.
360
grados de tierra verde.
360
grados de cielo arrebolado.
Un
bello ojo de agua y plata,
enorme,
boquiabierto.
La
luz, derrumbada,
no
deja espacio alguno
sin
su beso.
La
Tierra, una esfera de aire.
Detrás
del cielo, Dios
lanza
puñados de pájaros
por
un hueco.
Por
eso llegan de repente
-nadie
sabe de dónde-
al
ritmo raudo de sus alas.
Son
bandadas de quince
de veinte, de cincuenta,
casi todos blancos,
casi todos blancos,
algunos
pocos negros.
Buscan el
árbol
que para ellos hace tiempo se sembrara.
Olfatean el
rastro de su propia mierda
hoja blanca
sobre hoja verde,
en busca urgida del reposo.
en busca urgida del reposo.
Me
pregunto por qué Dios ya no los quiere.
Por qué los avienta hacia la tierra, cada tarde.
.
Por qué los avienta hacia la tierra, cada tarde.
.
1 comentario:
El verso final es muy fuerte y me encanta la idea de Dios aventando pájaros desde el cielo. Me parece que allí se concentra la fuerza del poema.
abrazo
Publicar un comentario