miércoles, octubre 08, 2014

Homicidio

             
“Los metieron todos a una fosa
les echaron diesel y prendieron fuego.”

Ayotzinapa (México). Periódico El mundo.


“¡Viva la cacería!"
grita el tirano.

La sangre de una joven dibuja
un corazón sobre las piedras
rota la cabeza como un cuenco de barro
sin remiendo.
A pesar de la quietud
la falda arrastra todavía la reciente carrera
el caudal entre las venas
la libertad blanca de los muslos
contra el viento.
En su mano izquierda guarda
una manzana invisible.

 “¡Han de caer para siempre los incómodos!”
ordena.
“¡Tanto sueño estúpido!”
“¡Que se atrevan a sentirse protegidos creyendo que,
por ser muchos, no nos temblará la mano!”.

La dulzura, inerte, se pudre como una flor.
¿Cuál habrá sido su pecado?

Horrorizados los vientos se arrodillan,
los pájaros, las ventanas, las puertas,
los ratones.
Las moscas por su propia voluntad
se hacen unas solas con los vidrios
las sopas, las aguas estancadas.

Nadie puede ni quiere el movimiento.
Moverse es pecar tres veces,
cometer un sacrilegio.

Hombres, mujeres y niños se tapan la boca
con las manos, permanecen a oscuras
guarecidos en sus casas.
Las nubes atónitas atraviesan con sus ojos
la debacle
sin llorar.

¡Réquiem! ¡Réquiem!

Por milésimas de segundo
el mundo abandonado de sí mismo
es un cuadro al óleo, una pintura:
la sangre seca por el suelo
junto al rostro
dibuja un corazón.

El segundero del tiempo
reinicia su indiferencia.
Comienza  otra vez el olvido.


Detalle del cuadro "Homicidio fuera de casa" Pintor: Jakub Schikaneder (1855-1924)

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2 comentarios:

pp dijo...

Paradojicamanete hay hermosas maneras de contar la tragedia

tinA dijo...

maría es muy bello el poema .emocionada
te abrazo tinA