Es tan ciego lo que se ve
con los ojos de la soberbia
como el reflejo de un rostro
en la palma de la mano.

Pero si la palma de la mano
se desliza sólo un poco
el mundo a sus espaldas aparece
y los ojos atentos
sin estarlo
pueden ver.

El agua entra en mis oídos
y en ella me sumerjo.

Nado mientras camino.
Respiro con los pájaros
como si fueramos un pez

Agua siempre llevo en la boca
y no me ahogo
De agua son mis ojos
y no se hunde
Agua destilan
las paredes de mi cuerpo
y por ellas va la vida

Agua soy que necesita
agua cuando
agua es tu silencio
que se viene adentro

Agua es el suspiro
de agua que me moja

Agua
es lo que soy
es lo que somos
es todo lo que es.

Las piedras no existen.
Son plantas
son animales.

...son piel a la intemperie.

Los ríos
venas de sangre blanca.

Que el poema nombre
lo que está vedado
y deje ver lo que él quiera
sin timidez
ni moral.

Es noche de luna
mar adentro.
Asida a su pene
soy un barco anclado
que dormita.

Los solos de las mesas

Como yo,
somos varios
los solos
que comemos hamburguesa.

Nadie más solo
que los solos de las mesas

-cada uno en su rama-

los solos
pájaros de las selvas urbanas
no cantamos

no tenemos con quien
ni para que.

Soy poeta de la calle.
una buseta
una mesa en cualquier sitio
es mi lugar.

Necesito estar en medio
de la gente y el ruido
para oír

esa voz por dentro
que se viene en canto
compás y metro

la mente es un gran recinto
mi pensamiento se vuelve ritmo
y las paredes de mi cráneo
el lugar donde rebotan los versos

soy la calle con su música
que irrumpe
explotándome por dentro,

y me convierto
en el verso mismo hecho cuerpo.

Verso
hecho de carne, sangre
piel y hueso.

Para no pasar en blanco (aunque sí invisible)


El hombre invisible es
mujer. Sí, es mujer y
soy yo.

Hombre invisible mujer poeta
hábil en el arte de esconderse
entre los versos
en un bar de México
de la calle Tonalá.

Como hace meses nadie la ha visto
muchos creen que ya no está.
Pero no es cierto.

Ella, el hombre invisible,
es la sombra transparente de siete
veces siete brujas con poderes

y por donde ellas vuelan,
con o sin megáfono, va detrás.

Eva fue su maestra
en el arte de atravesar,
paredes, países y universos
usando la viva voz y la a de niña
como vocal.

Por eso, si alguien escucha estos versos
es que yo, hombre invisible,

camuflada en otro cuerpo,
ando tomando ron con coca cola
borracha y turra de la pura dicha,
por el bar.

Rompe la piedra su silencio
en verdes de vida
que respira sobre ella a borbotones

su corazón es la puerta que abre el gran salón
hecho del aire
para que los rojos, los azules, los naranjas
canten arias, corales, fugas.

Mis párpados abrazan con sus alas el paisaje

y una mariposa, ojos de sol en terciopelo,
pestañea, acaso sin nostalgia,
su última visión.

De nuevo caigo como ante el más infecto de los vicios
a cantar los pájaros y las flores del poema
y a hablar de mi.

Quisiera nombrar hechos trascendentes.
Hablar de la pobreza del mundo
de la forma menos arquetípica
para hacer un dolor tal que colapsara.

Sangrar el dolor a gritos de ventosas de voz.
Jamás volver a mencionar pájaros ni flores.
Rebautizar al mundo en sus verdades de carne y hueso

por su propio nombre, nombre
que en la oscuridad rompa, más que el amor,
el corazón de los cientos hijos de puta o de madre

dioses falsos.

Descubrir el lugar de la campana que hace sonar,
y hacer sonar el ancestral pulso de las cosas.
Ese que se expande y contrae a golpe de tres piedras
y pone a las criaturas a llorar o a sonreír a voluntad.

Dejar a la intemperie la ternura viva de todo lo que existe

Dormir y despertar en el aposento, lecho blanco,
de la ensimismada y ociosa mujer
tejedora de la piel, el arte y la escritura

En todo caso, como hacen los poetas,
hablar a través mío pero dejar de hablar de mi.

Quiero hacer un camino
de piedras infinito
hecho de goticas de tinta
que derramen la palabra amor
para durar toda la vida
que me falta diciéndotelo.

Vía crucis hacia el desamor

1.

La tristeza hace mayor
el peso de la gravedad
mi boca cae
como agua
mi cuerpo
pesa
piedras
mis palabras
paralizan
la sonrisa
vertical
No puedo
estar
con nadie
la tierra
jala
mi ser
hacia sus fauces
Necesito
no pensar
esperar
que pase

otra vez
él

tiempo
y
olvidar.


2.

Si supieras lo que siento cuando me tocas
Sólo por compasión me tocarías.


3.

El último pensamiento el primero
son una aliteración obsesiva agónica
de palabras en un ajedrez tratando de grabar
en ese tablero del tiempo donde dios ha escrito
como son las cosas,
el movimiento, la jugada perfecta,
que sin que lo sepas te hará volver y desear quedarte
conmigo para siempre.


4.

Necesito escribir
y escribir
hasta
derramar toda
tu sangre
de fantasma
y quedar vacía
de ti.


5.

La voz de mi amor
callada amaneció
cansada
de esperar.


6.

Una palabra tuya
bastará para sanarme.


7.

No tengo que nombrarte
para saberte.
Desaparecido de mi,
olvidado,
aún velas un sueño
de piedra enmohecido.

Persistente eres
la sombra blanca
que respira
junto a mi a la luz
del día
y
de las noches,
oníricas, insomnes,
a pesar de todas las amnesias
que mi alma
ha obligado
a la razón.


8.

Este amor es innombrable
si se pretende letras
es sólo pantomima
grotesca
un mal trazo
absurdo
cursi

Jamás seré poeta
acerca del amor
yo no sé hablar

Sólo sé padecerlo
cuerpo adentro
confundida
atragantada

Hasta verlo
a pesar mío
otra vez pasar.


9.

Querer sin poder asir
es
desde siempre
mi constante.


10.

Sí, soy triste.
Sólo a veces no
tanto.


11.

Tal vez en otro cuerpo
ahora estés escuchando mi silencio.
Tal vez…


12.

Te escribo enamorada
y no eres nadie
más que un
otro yo
que yo me invento
para hablarte

Si escribir
pudiera ser para adentro
si tú mi otro inventado
pudieras leerlo
si pudieras al hacerlo
enamorarte de nuevo

y volverte presencia
humana
abrazo, cuerpo

y pudiéramos
reír de nuevo
vivir tu vida
junto a la mía en paralelo
y abrazados en la noche
amarnos a oscuras
y en silencio

si pudiera yo
de verdad
estar diciéndote esto

y tú te me acercaras
me acariciaras
y tocaras el cabello

si fuera cierto
te lo juro,
jamás te dejaría de amar.


13.

Viniste
como un huracán
pasaste.


14.

Que conste, esto que nombro
no es amor.

Nocturno

El aire negro
es afín a mis recintos
entra y circula por mis venas
sin necesidad de luz.
Por dentro el universo
es como por fuera
no hay sol
que nos alumbre,
pero no hace falta,
la vida palpita
en la más profunda
oscuridad.
Sólo los ojos
padecen en las
sombras la ceguera,
sólo ellos necesitan luz
para mirar.
El aire negro va
y viene y es
afín a mis recintos
noche afuera
noche adentro,
lo mismo da.

Un ser enamorado es como un diente de leon,
una hermosa flor que el más ligero viento deja
con el corazón a la intemperie y sin cabeza.

Soy el todo, el cuerpo
es recipiente
para que caiga en él
el agua, el sol,
el verde

Mi carne, de barro
hecha
absorbe ávida la humedad
de los paisajes
y con ella cambia
se moldea

ahora es pluma que se eleva
escama incandescente
pétalo de rosa
fruta o raíz

Barro piedra

silenciosa y tibia,
simiente
mudez que grita la presencia
hasta dejarnos sordos,
del animal hombre planta mineral sobre la tierra

Evaporada nube que se llueve
hacia tu cuerpo.
La vida toda entera
que se cuela por los poros
hacia adentro
palpitante,
resistiendose a la muerte.

Habrá

Habrá que dejar de pelear
con los afectos
que sólo quieren
hablar de besos

habrá que aceptar
que mucho del mundo
ha dejado de existir
ahora que el sol
se ha acostado en mi cama
y me arropa diligente
con sus manos blancas

dejar de pelear
con la escritura
que se resiste a decir lo que no quiere
que si la obligo calla
y de violencias
no sabe en estos días
que sólo quiere hablar de tí.

Habrá que dejar
el juicio de lo inutil
imposible
intrascendente
y cursi
del amor

porque nada más
viene a mis versos

habrá, ahora que como ya
he dicho, mucho del mundo
en estos días
que te quiero,
por tú culpa y
por la mía
ha dejado de existir.

No puedo dormir,
por mis párpados cerrados
pasan
a cambio de ovejas
versos