lunes, enero 20, 2014

Palabrita de hombre

Créeme, cuando me vaya y te nombre en la tarde…
Silvio Rodriguez



El  14 de enero de 2014 no pasó en vano: Juan Gelman, a la dulce hora en que la noche
entra a ocupar su puesto, marchó.   Quizá, todo lo suyo por decir estuviera dicho  
sus luchas todas ganadas o perdidas.  
Aún así los pájaros no añorarán su canto. Tampoco los árboles, su hojas blancas de hombre al viento
ni el pan la muerte y resurrección entre sus dientes.
El cigarro no llorará sus ojos
ni el whisky o el vino la escasa, notoria, humedad de su lengua
agotada en la palabra.
Lo añorará Mara con certeza. Suelta de su mano, tropezará y volverá a ser niña
y desvalida.
Los otros suyos, de los vivos, asombrados, perplejos, tampoco encontrarán por días
dónde colocar sus pasos ni dormir el sueño.

También harán suya su ausencia, quienes jamás lo vieron.

Yo lo recordaré idéntico en su palidez de almendra.
Idénticas las humildes gigantescas manos buscando como yo el poema
y su palabra cansada ya, casi inaudible
más premonitoria que real, tan cercana al canto del eco
cuando la voz del que pronuncia calla.

Palabra lúcida, sentida, justa,
y también palabrita con diminutivo, siempre
y en todo caso
llenita de ternura
tan bella y dolorosamente monumental.



Enero 15 de 2014



1 comentario:

Anónimo dijo...

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