lunes, julio 01, 2013

Julia



Yo sé de la sombra esclava 
que nos persigue
sin dejarnos atrás ni liberarse 
del triste yugo de nuestro cuerpo.
De la condenada a ser el hoyo negro de la piedra
o un animal de muchas alas
cuando es el árbol con un solo tronco 

ignorante de su propio vuelo.
De la sombra del corazón de hormigón 
del edificio
envidiando al ignorado papel que vuela y se detiene 
en un charco de la lluvia 
y en ese polucionado espejo se vislumbra
su blancura.
De la sombra del sol escapándose hacia la luz 

siempre, y allí desapareciendo,
Luz que en el centro del mundo
es la más nítida, las más transparente
parecida a la Julia ecuatoriana

con su manera amarilla de mirar la vida
como un sol líquido que se derrama
cada día por los aires.


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