Hoy me sabe
un poco, mucho, la vida a mierda
escucho a gritos ese simulacro
horrendo de la voz de dios
vengativo
por mi no creencia inmaculada
por mi ira mi indignación
callada y mi soberbia
que lo niega anulando de un tajo
su existencia.
La vida y con ella ese que no existe
son un escena única de un solo guión
que hace de uno un títere y lo ponen a balbucear
a sufrir
ante la desnudez desvergonzada de la injusticia
de oídos sordos
como precipicios malditos sin eco.
Porque aquí, ¿quién responde?
¿Con quién se puede hablar?
Preguntar, quejarse, mal decir
la reiterativa fortuna del que de siempre es poderoso
y la que es peor, la fortuna del azar
tan simple, necesaria y tan mal distribuida,
borrada, negada, para muchos
para los más.
¿Con quién hay que pelear? Díganme.
Por este dolor sin tregua
que entre día y día se respira toda una vida,
por el tiempo que no pasa cuando uno quiere,
cuando más se necesita
sino cuando, si se pretende degustarlo
se larga tan veloz y tan certero,
como el golpe de un látigo
Por el sufrimiento
de tantas otros y hoy de mi
que deambulamos
siempre y para siempre solitarios
por estas calles malolientes, perturbadas
que son la vida y
dizque la libertad.
¡Necesito que alguien me explique!
Por qué, detrás…
de cada pétalo, de cada risa
no hay un pájaro
si no siempre agazapada una espina, una cuchilla
para cortar la planta en dos.
No hay a quién, ni contra quién.
No hay cómo sobrevivir este
sufrimiento más que viviendo
lo cada día.
La muerte
es aun peor, no es descanso
con su sudor de herrumbre
no abraza a nadie
no amalgama los amores
No sana ningún corazón
Ni hace equidad
Ni alivia nada
Pues de nada sirve
No es nada
Nada es
más que la nada misma
de la desintegración
¿Quién quiere eso?
No sé, no yo.
Yo sé, lo que quiero.
Por eso aunque nada pueda
más de lo que soy
con ellas, las dos mías,
de sus manos invisibles
mis entrañas
vengo de a botes por la vida.
Y rompiéndome
rompiéndonos
en ella
vamos juntas
y cada una sola
y yo voy.
1 comentario:
Me gustó mucho María, bravo
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