jueves, abril 23, 2015
viernes, abril 17, 2015
Sibaris
Los pájaros con su canto callan la
sordera,
las vacas rumian más alto el
silencio,
el aire, podría decirse, silba más
quedo,
más quieto y el tiempo
juega a convertir los minutos en
grandes
habitaciones de luz.
Las naranjas, los limones, las mandarinas,
hacen invisibles malabares en las
cimas
de los árboles.
Es tiempo de calma
y la ausencia
y la ausencia
no es amenaza de muerte,
es escucha.
jueves, abril 16, 2015
martes, abril 14, 2015
Miedo
La visión se encuentra frente al pecho,
por eso los dedos no pueden moverse,
por eso la flores cierran sus
pétalos
y las camas se revuelcan solas como
huracanes.
Algo cercano a espinas o alambres
circunda el cuello y lo único posible
es respirar corto para evitar el daño.
En la casa las paredes, ahora de agua
antes de adobe o ladrillo,
están próximas a soltarse en aguacero.
A él no puede nombrársele.
No sé sabe si está próximo a dar la
espalda
y a dejar, como yo
misma algunas veces,
nada en pie.
nada en pie.
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jueves, abril 02, 2015
martes, marzo 24, 2015
El frío de la noche aún no se retira y el
mundo, húmedo, espera.
Nada parece ser viejo, ni siquiera el perro viejo. Las vacas
mugen poderosas a la
luz y su leche fresca espera en la cocina
convertirse en queso. De las gallinas,
once pequeñas galaxias
habrán de aterrizar en este mundo. Yo preparo un café
como
una rayito oscuro de sol para que me encienda.
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martes, marzo 10, 2015
a Batiscafo
.
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Arde la tierra suspendida en verde, azul y violeta.
Por sobre
todos los seres, el sol simula ser uno
transparente y brillante como el agua. Ocho
pájaros,
hijos de la noche, atraviesan la nada como el viento
el mar. La
araucaria y la veranera todo observan casi
sin moverse. Yo me ensombro y pienso
en el amigo
fallecido. Grita el ganso y
su graznido se acompasa a
esta voz baja. No existe ni habrá más vida que ésta.
En este
instante se encuentra toda reunida.
lunes, febrero 16, 2015
No
sé en qué momento perdí el oído. Por
años
caminé esperando a que me hablaran y lo
hacían
con frecuencia. ¿Quién? No sé. Su voz susurraba
delicada e imperiosa aspectos del mundo y de
los hombres, que desconocía. Yo las escribía como
en este momento sin saber las palabras que ocuparían
el próximo renglón. Solo
que ahora es diferente.
Ahora abro la página para no morir y mientras
hablo en voz alta escribo casi al azar o al azar total
lo primero que se me ocurre y así voy. Como un
minero: cada día a golpes de pica contra
el enorme
silencio de la piedra.
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viernes, febrero 06, 2015
6:16 pm
Estoy otra vez en la hora que desdibuja el día
y ahonda en los sueños. Escucho el taconeo
arriba de la mujer a su regreso del trabajo.
La ciudad habla más alto y un pájaro
con frenesí pre nocturno canta como si fuera
a perder la voz. A pesar de la premura de todas
y de todos en la calle, a pesar del tráfico,
a pesar del llanto cansado de los niños,
esta es la hora del silencio. Los árboles en el parque
desvisten su color y se disponen a dormir. Las luces
de la casa está encendidas. Su calidez reemplaza
la torpeza, ilumina los miedos.
Esta es la hora en que dentro de mí, sigilosa, se abre
una puerta por la cual entro.
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una puerta por la cual entro.
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martes, febrero 03, 2015
domingo, enero 11, 2015
1.
Pienso y siento barro
Pienso y siento barro
indiferenciado,
denso como el mal sabor de las
noches malas.
Intento hacerlo fluir
pero mucho es su peso,
no hay fuerza que logre
suavizarlo, aligerarlo.
Por más agua que riegue
es imposible hacer de él
simiente de un río.
Es barro que no circula.
Barro que ya huele a podrido.
***
2.
2.
¿Dónde me mezclo con los otros?
Xavier Oquendo
Hoy por fin soy un pez de luz.
Sin espinas las frambuesas
silvestres bocas de dulce humedad
esperan por mi mano.
Los perros y su libertad
no me asustan o agobian.
El hombre, en el que creo,
no es más ese desconocido
enemigo.
Hoy no soy denso barro que me ahoga.
Liviana
la sal fecunda mis ojos en flores
de cristal sobre el rostro.
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jueves, enero 08, 2015
6:00 am
El sol afila el día con su punta
roma,
manchas amarillas entibian este
lado del planeta,
la mayoría de los hombres y mujeres
duermen
las últimas esquinas de sus sueños
y el mal y el bien despiertan,
bostezan
aún con lagañas en los ojos
mientras piensan
dubitativos
cuál va a ser su quehacer de hoy
y a quién se lo dedican.
y a quién se lo dedican.
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