Los pájaros con su canto callan la
sordera,
las vacas rumian más alto el
silencio,
el aire, podría decirse, silba más
quedo,
más quieto y el tiempo
juega a convertir los minutos en
grandes
habitaciones de luz.
Las naranjas, los limones, las mandarinas,
hacen invisibles malabares en las
cimas
de los árboles.
Es tiempo de calma
y la ausencia
y la ausencia
no es amenaza de muerte,
es escucha.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario