viernes, abril 17, 2015

Sibaris

Los pájaros con su canto callan la sordera,
las vacas rumian más alto el silencio,
el aire, podría decirse, silba más quedo,
más quieto y el tiempo
juega a convertir los minutos en grandes
habitaciones de luz.
Las naranjas, los limones, las mandarinas,
hacen invisibles malabares en las cimas
de los árboles.
Es tiempo de calma 
y la ausencia
no es amenaza de muerte, 
es escucha.

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